No soy sociólogo, pero he llegado a comprobar que la verdadera personalidad de una persona a veces está en su comentarista que nada tiene que ver con la fachada que lleva en la vida real. Dicho de otra forma, en algunos casos, la careta la llevan en la vida real.Más que chorradas escritas con un sin fin de nombres, cada uno de sus múltiples personajes le permiten vivir de forma real (porque eso es para él ya la virtualidad) aquello que tanto siempre ha anhelado y no se atreve a probar en el real mundo real.
Así, comentando como una deslenguada siliconada podrá exteriorizar su auténtica obsesión por los glúteos masculinos. Alcahuetas enterradoras, paisanos campechanos, anónimos anónimos y un sinfín más de personajes permiten, además, mantener engrasada, desde las cloacas, la maquinaria que día a día hace que funcione el mierdablog: cantidad y cantidad de comentarios que generen más y más comentarios a responder de nuevo por tantos y tantos ¿personajes? recreados, más que inventados.
Porque la mayoría de los comentaristas chirigotas son los propios administradores del blog. Y es este travestismo ¿bloguero? buscando alivio y comentarios el que acaba con ellos irremisiblemente en la total frenopatía.
Ya publicados:el doberman, el persianas, el pelotillas, el cervantes, el troll, el guadiana, el promiscuo, el impaciente, el talibán, el sabelotodo.



















